El nacimiento de los gremios
Asociaciones y órdenes religiosas: el nombre de Troyes permanece unido a la historia de los templarios, los cruzados y los «Compagnons du Devoir». Un mismo espíritu de equipo para estos grupos de hombres con un objetivo común: espiritual para unos, material para otros.
El departamento de Aube, cuna de la legendaria Orden del Temple y gran proveedor de voluntarios para las cruzadas, se enorgullece también de estar vinculado con el nacimiento «oficial» de los gremios.
¿Nos atreveremos a escribir, sin riesgo de ser desmentidos, que los gremios nacieron en Troyes? Sin lugar a dudas las organizaciones de obreros y artesanos son contemporáneas de los propios oficios.
Sin embargo, es todo un reto querer atribuir una fecha de nacimiento exacta a este movimiento que prefigura el sindicalismo moderno. En cambio, sí sabemos con certeza que la primera descripción de las prácticas de asociación gremial hace referencia a Troyes.
La primera descripción de las prácticas de asociación gremial hace referencia a Troyes.
La incluyó el rey Carlos VI en una ordenanza redactada en 1419 en la que se fijaban los estatutos de los zapateros de Troyes.
El soberano escribió que «varios artesanos y obreros del mentado oficio, de diferentes idiomas y naciones, entran y salen de la ciudad para trabajar, aprender, conocer y saber unos de otros, pero ninguno de ellos se detiene ni se reúne porque no pueden trabajar de noche a la luz del candil (…)».
Los artesanos del Tour de Francia
Este texto evoca la itinerancia de los artesanos: más tarde se hablará de «tour de Francia» sobre su formación. Los comentaristas también subrayan que esta ordenanza real concierne un oficio que no es el de las actividades de los constructores de catedrales. Pero entonces ¿por qué el de zapatero?
Tal vez porque el papa Urbano IV nació en Troyes de padre zapatero remendón, y por tal motivo esta profesión gozaba de una consideración especial…
El paso por Troyes de los artesanos más diversos se reafirmó en 1602 con los toneleros, en 1625 con los albañiles-talladores de piedra, en 1629 con los pasamaneros, en 1632 con los pañeros y los tejedores de tela, en 1663 con los panaderos, en 1684 con los peleteros, en 1693 con los vidrieros y los pintores sobre vidrio…
Es evidente que la efervescencia suscitada por las ferias de Champagne,, junto al espíritu constructor de los condes de Champagne, favorecieron la aparición de ciertos oficios y animaron a sus representantes a organizarse en gremios. El gigantesco incendio que asoló gran parte de la ciudad en 1524 abrió, por su parte, una inmensa cantera a la que se precipitaron los profesionales de la construcción.