Eglise Saint-Nizier

En 582, el obispo Gallomagne lleva a Troyes las reliquias de Nizier, primado de Lyon, muy venerado en la región y fallecido en 573.

Las trasladó a la iglesia de Saint-Maur, construida a finales del siglo V, que tomó entonces el nombre de Saint-Nizier. La iglesia actual data del siglo XVI, con una torre cuadrada terminada hacia 1619, y una de las campanas que se ven en lo alto de la torre es el único vestigio de la Porte Saint Jacques (actual calle Kléber), una de las puertas fortificadas más antiguas de la ciudad, destruida en 1832.
El notable tejado de tejas vidriadas recuerda el estilo borgoñón.

En el interior de la iglesia, podrá admirar la amplitud y la claridad de las naves góticas. Las vidrieras, una excepcional colección de la Escuela Troyana, ilustran temas del Antiguo y del Nuevo Testamento, así como de la historia y las leyendas troyanas. Varias esculturas anónimas datan de principios del Renacimiento, entre ellas un Entierro (extremo derecho), una Piedad policromada (extremo izquierdo) y el famoso Cristo de la Piedad (3ª capilla a la izquierda).

La plaza Saint-Nizier, reurbanizada en 2001 como zona peatonal, está pavimentada con piedra de Étrochey (Borgoña). En los jardines se han instalado tres bronces, basados en vaciados de yeso del museo Saint-Loup, de famosos escultores de Aubois: Le chanteur florentin de Paul Dubois, Oreste sur l'hôtel de Pallas de Pierre-Charles Simart y L'Enfant à la fontaine de Alfred Boucher.
En los alrededores se han restaurado varias casas con entramado de madera del siglo XVI, entre ellas la Maison du Dauphin, una de las más antiguas de Troyes.